La Tarta de Santiago es un tradicional postre gallego con siglos de historia. Se distingue por su inconfundible sabor a almendra y su decoración con la Cruz de Santiago en la superficie. Esta tarta, sin harina de trigo, es perfecta para quienes buscan disfrutar de un postre sin gluten, con una textura jugosa y un aroma irresistible. Su origen está vinculado al Camino de Santiago, y con el paso del tiempo, se ha convertido en un símbolo gastronómico de Galicia.
Precalentar el horno:
Precalienta el horno a 180 °C con calor arriba y abajo.
Preparar la mezcla:
Incorporar la almendra:
Horneado:
Dejar enfriar y decorar:
Perfecta con un café o una infusión, y con cada bocado sentirás la esencia de Galicia.
Para que tu Tarta de Santiago quede espectacular, es importante prestar atención a algunos detalles que marcan la diferencia. Uno de los aspectos más relevantes es la calidad de la almendra. Lo ideal es utilizar almendra cruda y molerla tú mismo en casa para que conserve su frescura y aceites naturales, lo que le aportará un sabor y una textura más intensos. Si no tienes cómo molerla, asegúrate al menos de comprar una almendra molida fresca y sin tostar, ya que el sabor tostado podría alterar el resultado original de la receta.
El batido de los huevos también es clave. No hace falta montarlos a punto de nieve, pero sí es importante batirlos bien con el azúcar hasta que la mezcla quede homogénea y con algo de volumen. Esto ayudará a que la tarta quede jugosa y aireada, pero sin llegar a ser esponjosa, ya que la Tarta de Santiago tiene una consistencia húmeda, más parecida a la de un mazapán suave.
La proporción de ingredientes debe respetarse al pie de la letra. No intentes reducir el azúcar o añadir más almendra para cambiar la textura, ya que el equilibrio entre ambos es esencial para lograr la autenticidad del postre. Si decides añadir un toque de canela o ralladura de limón, hazlo con moderación. La ralladura debe ser fina, evitando la parte blanca del limón para que no aporte amargor.
Otro truco importante es no hornearla en exceso. Aunque la superficie debe dorarse ligeramente, es mejor pecar de precavido y sacarla en cuanto el palillo salga limpio, ya que un horneado excesivo hará que la tarta quede seca. Además, es recomendable utilizar un molde de unos 22-24 cm de diámetro para que tenga el grosor tradicional, que ronda los 2-3 centímetros.
A la hora de decorar con el azúcar glas, asegúrate de que la tarta esté completamente fría, ya que si está caliente o tibia, el azúcar se derretirá y el diseño perderá nitidez. Utiliza una plantilla bien recortada y espolvorea el azúcar con un colador fino para lograr un acabado uniforme y delicado. Cuando retires la plantilla, hazlo con cuidado para no mover el azúcar y mantener el dibujo perfecto.
Por último, deja que la tarta repose unas horas antes de servirla. Este reposo hará que los sabores se integren y la textura sea aún más deliciosa. Acompañarla con un café o un licor gallego puede ser el toque final para disfrutarla como en una auténtica casa de Galicia. Con estos pequeños trucos, tu Tarta de Santiago no solo será deliciosa, sino también digna de lucir como un postre de celebración.
La Tarta de Santiago es un emblema de la repostería gallega, y en Santiago de Compostela se encuentran algunos de los lugares más emblemáticos para degustarla.
La Pastelería Mercedes Mora, fundada en 1924, es reconocida por su receta tradicional y la calidad de sus ingredientes.
Otro lugar destacado es el Convento de San Paio de Antealtares, donde las monjas elaboran artesanalmente esta tarta siguiendo métodos ancestrales.
La Confitería La Perla también es famosa por su versión de este postre, apreciada por locales y visitantes.
Además, la Pastelería Ébano, con varios establecimientos en la ciudad, ofrece una Tarta de Santiago que ha ganado popularidad por su sabor auténtico.
Fuera de Galicia, en ciudades como Madrid, es posible encontrar versiones de calidad en pastelerías especializadas, aunque la experiencia de degustarla en su lugar de origen, rodeado del ambiente compostelano, es incomparable.
Si tienes la oportunidad, te recomiendo visitar Santiago de Compostela y disfrutar de este manjar en alguno de estos establecimientos tradicionales.
La Tarta de Santiago, con su delicioso sabor a almendra, es muy versátil y se puede acompañar con diferentes opciones, tanto bebidas como ingredientes complementarios, para realzar aún más la experiencia. Aquí te dejo algunas ideas:
También puedes disfrutar la Tarta de Santiago con un vaso de leche fría o caliente, o incluso con un batido de almendra o avena.
Cada combinación aporta un matiz distinto a este delicioso postre, haciéndolo ideal tanto para celebraciones como para un momento especial en casa.
La Tarta de Santiago es un postre energético debido a su alto contenido en almendras, azúcar y huevos. Aunque es rica en nutrientes, también tiene un aporte calórico considerable. La composición nutricional puede variar según la receta exacta y las cantidades utilizadas, pero aquí te dejo una estimación aproximada por cada 100 gramos de Tarta de Santiago:
La Tarta de Santiago es una opción deliciosa para ocasiones especiales, pero debido a su alto contenido calórico, se recomienda consumirla en porciones moderadas, sobre todo si se busca llevar una dieta equilibrada. Acompañada de un café o infusión sin azúcar, puede ser más ligera en términos de carga glucémica.
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